Las Navas del Marqués a 20 de marzo de 2023 |
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“ Las amistades, el mayor peligro; lo importante es saber decir NO en el momento adecuado”, afirma el médico don Germán.
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El médico Germán González de Andrés opina que “las amistades, la fuerza del grupo, son el mayor peligro a la hora de engancharse con las drogas”; mucho más que un ambiente familiar desestructurado o una predisposición genética, aunque a veces “el consumo de droga es sólo una respuesta falaz a la falta de sentido positivo de la vida”.
González de Andrés, médico de cabecera en Las Navas desde hace 42 años –piensa que de médico, poeta y padre no se jubila nadie- concede una entrevista al Naviero.com para tratar de concienciar a los naveros de un problema que llevamos padeciendo durante décadas.
“En los años setenta y ochenta la heroína hizo estragos; ahora son la cocaína y las drogas de diseño las que están perjudicando a los jóvenes –y no tan jóvenes- de nuestro pueblo”. Don Germán se identifica con la definición que propone la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la hora de definir la palabra droga: toda sustancia química de estructura orgánica que introducida en un organismo vivo altera una o varias funciones. Desde el punto de vista práctico se entiende como cualquier sustancia que altera el estado emocional, la percepción o la consciencia; y que, usada indebidamente, causa perjuicio al individuo y a la sociedad.
-Sabido es que afecta al individuo. ¿En qué medida afecta a la sociedad?
La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y, por culpa de las drogas, las relaciones familiares, en algunos casos, suelen evolucionar hacia un deterioro más o menos profundo. Los reproches, las discusiones, las agresiones y hasta los celos forman parte de la vida cotidiana y este clima es el menos propicio para el crecimiento y educación de los menores, que se desarrollan en un ambiente en el que se les ofrece modelos de conducta y de actitudes inadecuados. Desgraciadamente he visto cómo sufrían padres, hermanos y familiares más directos.
Cuando la drogadicción afecta al organismo deja de ser situación psíquica y el consumidor ya no puede ni controlarse ni salir de ella. Se convierte en enfermedad que ha de ser sufragada por la sociedad, con todo lo que conlleva.
-¿Qué es más peligroso fumarse un porro o emborracharse con el botellón?
Sin duda, es peor emborracharse con el botellón.
-¿Quiere decir que fumarse un porro no tiene ningún peligro?
Un porro el fin de semana, como una copa ocasional, no tiene ningún peligro. El problema aparece porque nadie se suele quedar ahí. El cannabis no provoca una dependencia física, pero ello no debe interpretarse como que es una droga menor, pues en consumidores crónicos se llega a una dependencia psicológica. Esto se hace más evidente cuando el adicto, antes de adoptar el hábito, presenta un trastorno psíquico (depresión, ansiedad…) y asocia que el abandono de la sustancia favorecerá la aparición del malestar emocional previo. La dependencia es psicológica y social, puesto que la persona cree que sólo tendrá la sensación de felicidad cuando le arropa el grupo.
-¿Cuánta influencia tienen las amistades peligrosas?
El ambiente es decisivo. Los adolescentes y jóvenes, por definición, son más vulnerables y lo importante es saber decir “no” en el momento adecuado. Se consume cannabis como herramienta de socialización. Cuando un chico de 16 ó 17 años tiene que decir NO, el grupo le desplaza, pero con el paso de los años ese chico sigue vivo y algunos de los que le rechazaron –como he tenido ocasión de comprobar- están sufriendo las consecuencias, o lo que es peor, han fallecido. No hay que olvidar que el consumo de los cannábicos (porro), como el de otras drogas, tiende a empujar al individuo a un determinado círculo de amistades y en consecuencia separarlo de otras.
-¿Existen algunas dependencias más nocivas que otras?
Efectivamente. Tenemos que destacar dos tipos de dependencia, una física y otra psíquica.La dependencia física se manifiesta por la aparición de intensos trastornos físicos cuando se interrumpe la toma de droga. El conjunto de todos ellos (sudoración, vómitos, delirios, convulsión…) se denomina síndrome de abstinencia (`MONO´) y sus manifestaciones son características de cada tipo de droga.
La dependencia psíquica es el estado en el que la droga produce sensación de satisfacción y un impulso cognitivo que exige la administración periódica o continuada por el placer que causa o para evitar malestar. Esta dependencia psíquica también varía con cada tipo de droga.
-¿A qué llamaría usted tolerancia?
Es la capacidad de las células del organismo para adaptarse a la presencia de una droga. El cuerpo no responde como las primeras veces a cantidades uniformes y continuadas, de forma que se precisan cada vez dosis mayores para obtener los efectos deseados. La tolerancia varía según la droga, los individuos, la frecuencia del consumo y la dosis.
-¿Influye la cercanía a Madrid para la entrada de droga en Las Navas? Sí, sin duda.
-¿No cree que debería haber más mano dura en la aplicación de la ley contra este problema?
Este es un campo que compete a las autoridades, que harán lo que puedan, pero personalmente creo que sí se puede hacer más. La ley debería ser menos permisiva. Y también la familia. Hemos pasado de un extremo a otro: educar de manera totalmente autoritaria a una permisividad absoluta. Y esto último, quizá, sea peor que lo anterior. El consumo de drogas es cada vez más tolerado y esto hace creer a las personas que no sucede nada si se consume.
La colaboración de los medios de difusión y de las familias es muy importante. Se deberían hacer campañas de reflexión para evitar la entrada en este mundo y la verdad es que falta voluntad en la sociedad actual.
-¿Qué opina acerca de que la mayoría de los jóvenes, después de un día de fiesta, se levanten a mediodía?
No se puede luchar contra las modas dominantes de cada época, es una batalla perdida, pero no hay duda de que, con ésta moda y en esta época, se desaprovecha mucho el tiempo, no siendo entendible que la mayoría de los jóvenes no hagan deporte. Es una lástima que prefieran una resaca a un partido de fútbol o a un paseo en bicicleta, por poner un ejemplo.
-¿Por qué un joven consume drogas?
Las motivaciones varían ampliamente. Entre los jóvenes puede ser una forma de experimentar sensaciones nuevas, de pertenecer o protegerse en un grupo, de manifestar rebeldía, de estimularse para preparar exámenes o simplemente combatir el ocio. También se deben considerar las situaciones sociales como la incomprensión, la desconfianza y la falta de oportunidades. Por ello es necesario acercarse a los adolescentes y a los jóvenes dentro de su contexto cultural, social y económico.
La drogadicción es una enfermedad y un fenómeno muy complejo que se puede evitar y está demostrado que los programas de prevención que involucran a la familia, la escuela, la comunidad y los medios de comunicación son eficaces para reducir el abuso de drogas, a pesar de que existen acontecimientos personales y factores culturales que propician el consumo. Los profesores, padres, médicos y demás profesionales de la salud pública deben enviar mensajes para que los jóvenes perciban que el consumo de drogas es perjudicial.
-¿Qué consejos daría a nuestros lectores para no introducirse en este mundo?
Insistiendo en lo del principio, hay que decir NO a los `amigos´ o al grupo, aunque ello cueste la enemistad. Como anteriormente se ha dicho, un consumo ocasional no tiene peligro, pero lo malo es que casi nunca se queda en ocasional. Actualmente hay una generación de padres que se considera fracasada desde el punto de vista educacional de sus hijos, y ellos mismos lo reconocen, por lo que es aconsejable que la familia y el colegio tomen de nuevo las riendas sobre este problema, que el adolescente lo toma como un juego y no lo es.
-Muchas gracias por emplear parte de su tiempo en esta entrevista. Si tuviera que hacer un anuncio utilizando una sola palabra sobre este tema, ¿cuál utilizaría?
PREVENCIÓN. Esa es la clave para que el joven que debe prepararse para engrandecer el país y servir a la comunidad no se convierta en un ser enfermo, desvalido, carente de iniciativa, que necesita ser cuidado y ayudado por aquellos que esperaban su cuidado y su ayuda, porque la droga aniquila y mata en silencio.
Taller de periodismo. Beatriz Barbero Sanz.