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Los náufragos del océano cósmico
  Amanda  | 6 de febrero de 2019

San Juan de Gaztelugache, Diciembre de 2018

Me encuentro yo y unos amigos cumpliendo con una tradición, la de vernos dos veces al año para no perder el contacto. Desde un mirador contemplamos el mar
Frente a nosotros, en la lejanía, abajo a la izquierda se encuentra la ermita, diminuta, en equilibrio precario sobre las rocas golpeadas por las olas del mar, al lado derecho en lo alto el faro, abajo una plataforma de extracción de gas rompe la armonía del paisaje, a esta distancia parece un juguete abandonado en la superficie y enfrente el horizonte se muestra curvado ante mis ojos invitándome ver fragilidad y pequeñez de nuestro mundo, se adivina la redondez de la Tierra, sólo se me viene una pregunta a la cabeza. ¿Cuál será el último objeto que de fe de la existencia de la humanidad cuando ya no estemos?
¿Las ruinas del Taj Mahal, el acueducto de Segovia, las pirámides de Egipto o nuestro Castillo de Magalia?

No, ninguna de esas obras será lo último que sobreviva a la humanidad.

Si cumplimos con los deberes con el medio ambiente, dejamos de agredirlo, sobrevivimos a terremotos, cambios climáticos y geológicos naturales y colisiones con meteoritos y sobre todo si la humanidad no se mata a sí misma, aun así, nuestra vida en la tierra tiene los días contados.

No, no me tachéis de alarmista, tampoco urge correr en busca de Don Antonio pidiendo confesión, nuestros días en la tierra están contados pero no va a pasar de hoy para mañana. Hay tiempo, mucho, y ese día no llegará hasta que hayan fallecido de viejos vuestros retatarataratara……………tarataranietos, en realidad nuestro último descendiente ni siquiera será un ser humano, será tan diferente que ni siquiera podemos imaginarnos su aspecto, tan distinto como lo somos a día de hoy una ameba y el ser humano actual y no es una metáfora, pues ambos seres tenemos antepasados comunes, puede que incluso hablemos de varias especies extremadamente distintitas y…. A ver cómo se las apañan para reproducirse porque el cromosoma “Y” se habrá degenerado tanto que habrá desaparecido, el tiempo no pasa en balde y para entonces, ¿Quién sabe?, nuestra descendencia habrá desarrollado la tecnología necesaria para convertirnos en una especie multiplanetaria o tal vez intergaláctica. No sería nada descabellado.

Cómo morirá la Tierra

Cada mañana nos levantamos con el Sol, el mismo que nos vio nacer y que nos da la vida, sentimos su calor, nos proporciona la energía que consumimos, hace crecer nuestras cosechas. Ese mismo Sol dentro de unos cinco mil millones de años enfermará de viejo, con su combustible nuclear agotándose, empezará a hincharse y lenta pero inexorablemente devorará la mayor parte del sistema solar arrasando nuestra Tierra, y con ella toda traza de aquello que un día se llamó humanidad, que vivió y prosperó aquí en este barrio periférico de la Vía Láctea.

Nuestro castillo, la ermita sobre las rocas golpeadas por las olas, las pirámides, nuestras montañas, nuestros océanos, nada de esto quedará, nada, sólo una nube de gas incandescente.

¿Entonces nada sobrevivirá, nada de nada?

En realidad si, algunas piezas de la más fina ingeniería que ha creado nuestra especie aquí en el siglo XX pueden escapar de la quema.


Placa de las Pioneer 10 y 11

Se trata de las sondas espaciales, lanzadas al espacio en los años setenta del pasado siglo y que hace pocos años cruzaron la heliopausa, una forma muy técnica de decir que abandonaron la zona de influencia del Sol camino de las estrellas.
Sorprendentemente dos de ellas todavía funcionan, después de casi 43 años continúan mandando información a casa y se espera que podamos seguir en contacto con ellas unos veinte años más. Son los objetos creados por el ser humano que más lejos han llegado, tan lejos están, que las señales que nos envían tardan 22 horas en llegar a la tierra, ¡y eso que la información viaja en ondas de radio a la velocidad de la luz!

Aparte de su contribución al conocimiento del sistema solar, son portadoras de un mensaje para una posible civilización extraterrestre que pudiera capturarlas en el futuro, grabado en un disco dorado. De hecho se le conoce popularmente como “el mensaje en la botella”.

Desde luego el intentar hablar con desconocidos ha causado no pocas reticencias, ¿Es sensato facilitar una tarjeta de visita a un desconocido con la dirección de casa?, no tanto por la misión Voyager en sí, si no por las emisiones de gran potencia dirigidas a estrellas concretas desde el radiotelescopio de Arecibo en 1974.

¿Hay algún o alguna fan de Star Trek leyendo este artículo?, ¿Qué dice la directriz principal de la Federación Unida de Planetas?

Pues dice, “El derecho de cada ser vivo de vivir en concordancia con su normal evolución cultural, ningún personal de la Flota Estelar interferirá en el sano y normal desarrollo de la vida y cultura alienígena. Entre sus interferencias se incluye la introducción de conocimiento superior, fuerza o tecnología a un mundo cuya sociedad es incapaz de manejar esas ventajas sabiamente.”

¡Ahhh, bueno, es solo un apunte de derecho ficción, tranquilos!

Pero, sorpresa, el siguiente párrafo es real y avalado por la ONU nada menos
Primer Protocolo, adoptado por la Academia Internacional de Astronáutica en el año 2000 y propuesta por el Comité para Usos Pacíficos del Espacio Exterior de Naciones Unidas, que dice así “No se debe enviar una respuesta a una señal o evidencia de inteligencia extraterrestre sin una consulta internacional”.

No se trata de abrir un expediente X ni de afirmar que los extraterrestres existen, lo que sí existe es una probabilidad estadística de que no estamos solos en el universo, a fin de cuentas ya conocemos un caso de vida inteligente en el universo, (la nuestra). ¿Solo una civilización para la cantidad de estrellas, galaxias, planetas que existen? Menudo desperdicio de los recursos disponibles en el espacio-tiempo.
La respuesta actual es que no sabemos si hay otras vidas inteligentes, pero por si acaso calladitos, si no sabes si existen, menos todavía de su forma de pensar.
Y este es el quid de la cuestión, ¿Cómo comunicarse con alguien con que no conocemos nada y que a su vez no conocen nada de nosotros? Parece un problema insalvable.

No tenemos nada en común, ¿o sí?

Tendríamos muchas cosas en común, no en vano si vivimos en el mismo universo, observaremos las mismas leyes de la física, observaríamos los mismos fenómenos físicos, veríamos estrellas, galaxias.

Para hablar se decidió utilizar el lenguaje de la física y de las matemáticas.
Vamos a decir “Hola”

El hecho de tomar contacto con nuestros artefactos terrícolas ya lleva implícito el hola, no tardarían en darse cuenta de que por la complejidad del artefacto lo más probable es que haya sido construido por otros seres inteligentes. Se preguntarían ¿Qué es esto?, ¿para qué vale? Y sobre todo, ¿Quién lo ha construido?
Si hay suerte se percatarán de una caja dorada y redonda con extraños garabatos grabados en un costado.

Como no tenemos un lenguaje común les hemos puesto un acertijo.
Estos curiosos garabatos fueron diseñados por Carl Sagan, Frank Drake. Linda Salzman esposa de Carl se encargó del trabajo artístico, son una segunda versión de unas placas que se colocaron en las sondas Pioneer, que fueron lanzadas al espacio a principio de los años setenta.

El aquel entonces se consideró esta placa escandalosa. ¡Hemos utilizado el dinero de los contribuyentes para enviar pornografía al espacio!, ¡Qué vergüenza! exclamaban indignados varios grupos sociales conservadores norteamericanos en referencia a la representación de una pareja de humanos desnudos.

El Chicago Sun Times censuró los genitales de la pareja humana en la publicación de esta imagen en la prensa de la época. ¡Por pecaminosa!

Hubo también quien ironizó con esta reacción de puritanismo USA y hacía chistes sobre posibles extraterrestres que capturasen la sonda y que escandalizados tapaban con trozos de cinta adhesiva los pies de las figuras humanas.


La botella o disco dorado de las Voyager 1 y 2

Descifrando el acertijo

Al lio, vamos a partir de una serie de premisas, la primera es que la sonda debe ser capturada en el espacio, y esto debe ser así porque si se estrella contra un planeta, lo hará con tal violencia que se desintegrará totalmente y no quedará mensaje alguno que descifrar, además podríamos matar a alguien si atinamos en un planeta habitado.
Si la sonda es atrapada en el espacio, estos seres no solo son inteligentes, además como poco han desarrollado tecnología espacial, nuestros destinatarios desconocidos son una especie tecnológica.

La segunda premisa es que al ver la caja dorada supondrán que estamos intentando contarles algo y la tercera es que se lo estamos intentando poner lo más fácil posible.

Así que de todos los grabados, ¿Cuál es el más simple?
Los dos circulitos unidos por una línea, (en la parte de abajo en la derecha), que no sólo es el más simple, si no la clave para descifrar todo el enigma).
Nuestros amigos deberán suponer esto también, que es la clave para descifrar el mensaje y que deberán utilizar con el conocimiento de física y matemáticas que han adquirido por sus propios medios para intentar descifrarlo.


Representacíon de la transición hiperfina del átomo de hidrógeno

¿Qué es lo primero que vemos al alzar la vista hacia el universo? Estrellas vemos muchas estrellas. ¿Y de que están hechas las estrellas? En su mayor parte hidrógeno con diferencia, seguido del helio y pequeñas cantidades de otros elementos más pesados.

¿Acaso estos forasteros espaciales están utilizando el hidrógeno a modo de una piedra Roseta cósmica?

Pues sí, se trata de eso, este es el diagrama que contiene las primeras letras para un primer diccionario común, aquí les contamos el concepto de número uno a través del átomo de hidrógeno, el elemento químico compuesto por un único protón y un único electrón, el elemento más abundante del universo.

También les damos una referencia para medir distancias y el tiempo; el número uno, las distancias medidas en longitudes de onda y la medida del tiempo como el tiempo que necesita un fotón para recorrer la distancia de dicha longitud de onda.

El diagrama muestra la transición hiperfina del átomo de hidrógeno neutro, los círculos representan el mismo átomo antes y después de la transición. Los bastoncitos con un punto en un extremo representan el electrón en el sobre el círculo y el protón en el centro. El punto del bastoncito hace una representación un tanto sui-generis del espín, al cambiar el espín del electrón, este cambia de órbita y emite un fotón al perder energía. Estos saltos energéticos, (llamados saltos cuánticos), son fijos para cada órbita del electrón, además la onda asociada al fotón emitido también tiene un valor concreto.

No voy ahora a embarrarme mas explicando mecánica cuántica, entre otras cosas porque he de confesar que no sé física cuántica; baste a título de resumen que una pequeña perturbación en la energía del átomo de hidrógeno hace que este dé un minúsculo fogonazo, en forma de un fotón que tiene una longitud de onda concreta, que en este caso este diminuto fogonazo cae fuera de la luz visible y se encuentra en la región de las ondas de radio. El fotón es una partícula, pero la longitud de onda es una característica de las ondas. ¿Es una partícula o es una radiación que viaja en forma de ondas electromagnéticas? Pues según se mire, según el efecto físico que observemos se puede comportar de una manera o de otra, o simplemente es otra cosa que somos incapaces de discernir pero que apreciamos en forma de onda o de partícula. Cajal, autor de la teoría de la neurona ya decía que “El cerebro es una buena máquina, pero limitada”.

- ¡Ehhhh¡ ¿Ya estamos con ese rollo de la dualidad onda partícula?
- ¡Ups!, no sabría explicarlo de otra manera
- ¡La función de onda, mujer la función de onda, coñeeee!
- Bueeenoo, os dejo aquí un vídeo donde se explica esto

Bueno, después de este tirón de orejas continuamos esta historia

Por lo tanto el significado de este primer ideograma es:

  • “|” Representa el número uno
  • La unidad de distancia es una longitud de onda de la radiación emitida debida a la transición hiperfina del hidrógeno, (21,10611405413 centímetros)
  • La unidad de tiempo que proporcionamos a nuestros extraterrestres es la cantidad de tiempo necesaria para que el fotón recorra una distancia equivalente a una longitud de onda de la transición de nuestro átomo, (que sabiendo que viaja a la velocidad de la luz serían como siete diez mil millonésimas de segundo o si se prefiere como 7,035371351376667e-10 segundos en notación científica).

Cuantas cosas dice este dibujo, y con qué precisión, ¿no es increíble?
Desde luego, asumimos que nuestros extraterrestres han descubierto también la mecánica cuántica, que a saber cómo la llamarán pero que no tendría nada de extraordinario, ya que si ellos han aprendido a viajar por el espacio, tampoco tendría nada de extraordinario que hayan descubierto por su cuenta varias de las leyes que gobiernan el universo. Me pregunto si habrán conseguido enunciar también las leyes que resuelvan el enigma de la unificación de la gravedad y el electromagnetismo que tantos dolores de cabeza le dan a los físicos humanos.
No obstante todo esto, lo cierto es que habría sido as fácil grabar una línea de una longitud arbitraria para utilizarla como referencia, a modo de cinta métrica, aunque, ¿no les llamará así más la atención?

¡ALTOOOOOOO!

¿Por qué sabemos que sabemos que las estrellas están mayoritariamente formadas por hidrógeno?

Para llegar hasta aquí hay que remontarse a los tiempos de Isaac Newton, sí, el Newton de la famosa manzana y que formuló las leyes de la gravitación universal.

Pues bien, Newton, también fue pionero en las ciencias de la óptica y descubrió que con un prisma de cristal la luz blanca se descomponía en los colores del arcoíris, deduciendo que el blanco no es un color si no una suma de colores, descubrió que la refracción era distinta dependiendo de la longitud de onda de un rayo de luz, (su color vamos), y que le llevó entre otras cosas a descubrir la aberración cromática y a inventar el telescopio reflector, que solventaba este problema, propio de las lentes tradicionales sustituyendo la lente principal de su telescopio por un espejo parabólico; no obstante a pesar de todo lo que hizo avanzar la óptica no pudo ver unas delgadas líneas negras misteriosas que se producen al descomponer con su prisma la luz del Sol, simplemente su prisma no tenía la calidad suficiente.

No fue hasta principios del siglo XIX hasta que el alemán Joseph Fraunhofer arrojó luz sobre estas líneas oscuras.
Joseph, quedó huérfano a los once años, entrando a trabajar como aprendiz de cristalero. En 1801 la fábrica donde trabajaba Joseph se hundió quedando sepultado. El príncipe elector de Baviera dirigió la operación de salvamento, cuando rescataron al joven Joseph, el príncipe Maximiliano José, compadecido, se hizo cargo de su educación y ordenó a la fábrica se permitiera al muchacho estudiar óptica. Pocos meses después consiguió entrar a trabajar para el Instituto de Óptica de la abadía de Benediktbeuern donde descubrió un método para fabricar los mejores cristales ópticos del mundo en su época. Inventó el espectroscopio y con el observó la línea amarilla mas brillante del espectro. Posteriormente al analizar la luz del Sol observó algo curioso, una gran cantidad de líneas negras, llegando a documentar más de quinientas. Hoy en día conocemos esas líneas como líneas de absorción o de Fraunhofer.


Algunos espectros con las líneas de absorción de Fraunhofer, los del hidrógeno y los del mercurio

En 1860 el físico alemán Gustav Kirchhoff y el químico Robert Bunsen iniciaron un trabajo sistemático del análisis de los espectros de varios compuestos químicos que les permitió establecer una conexión entre los elementos químicos que contenían estos compuestos a partir de sus espectros únicos demostrando que la espectroscopía óptica era una gran herramienta de análisis para la química.
Cada elemento de la tabla periódica tiene un patrón de líneas de absorción únicas, es como el DNI de cada elemento, por eso cuando enfocamos un telescopio a una lejana estrella podemos deducir su composición química, bueno su composición y medir a qué velocidad se mueve por el cosmos, aunque este tema lo podemos dejar para otro artículo.

Ya en 1925, una estudiante de doctorado Cecilia Payne, a partir de la disciplina de la espectrografía óptica desarrollada en el siglo XIX y la teoría de la ionización del hindú Meghnad Saha estableció en su tesis doctoral que el hidrógeno era el componente principal que constituían las estrellas además de establecer un medio de conocer la temperatura de las estrellas, llegando esta tesis a ser conocida como “la más brillante tesis doctoral escrita nunca en astronomía”.

Aunque Cecilia comenzó sus estudios universitarios en Cambridge tuvo que abandonar el Reino Unido en 1922 porque al ser una mujer no tenía derecho a obtener un título universitario, así que emigró a Estados Unidos para conseguir su doctorado en astronomía en el Radcliff College, (actualmente Universidad de Harvard) y fue la primera persona en conseguir un doctorado en esta disciplina en esta universidad.

Los hombrecitos verdes señalan el camino a casa

Ya que ya hemos enseñado a nuestros amigos una referencia para medir el tiempo y la distancia ha llegado el momento de darles nuestra tarjeta de visita con nuestra dirección estelar.

A la izquierda de nuestro átomo de hidrógeno se encuentra esta especie de estrella rara, se trata de una proyección en dos dimensiones de los 14 púlsares más cercanos a nuestro sistema solar, pero ¿Qué es un púlsar?


Representación artística del mapa de los 14 pulsares

Se trata de estrellas muertas que colapsaron. Una estrella al morir, dependiendo de su masa, (o sea de lo gorda que sea, vamos), colapsará al agotar su combustible nuclear. Una estrella no arde como un leño en nuestra chimenea precisamente, es un enorme reactor de fusión nuclear, donde quema hidrógeno que se transforma en helio, funde cuatro átomos de hidrógeno en uno de helio liberando con ello una gran cantidad de energía; pues bien cuando una estrella agota su combustible nuclear la estrella colapsa, bien, en una enana blanca, como nuestro Sol, que es una estrella mediana y que morirá sin gracia ninguna. Primero se hinchará engullendo los planetas mas cercanos, nuestra Tierra incluida al convertirse en una gigante roja y posteriormente al enfriarse, después de su agonía, encogerá hasta que sus átomos detengan la gravedad hasta el tamaño de un planeta.

Las estrellas cuando tienen una masa unas diez veces o más superior a la del Sol, al agotar su combustible nuclear estallan en una formidable explosión supernova, convirtiéndose durante un breve periodo de tiempo en el objeto más brillante de su galaxia.

La supernova es un hecho increíblemente violento; en la primavera del año 1006 se pudo observar una explosión supernova desde la Tierra, una estrella estalló a unos 7600 años luz de distancia brillando tanto como la Luna.

Este hecho fue observado en todo el mundo y los monjes de la Abadía Suiza de San Galo, registraron detalladamente el fenómeno y contaron que duró cerca de tres meses.

Es cierto que las supernovas son aterradoras y destructivas, pero gracias a ellas existimos; en su crisol se crearon los elementos más pesados como el carbono, el nitrógeno, el oxígeno, y todos los demás necesarios para la vida. El resultado de la alquimia estelar es distribuido por el espacio en estas formidables explosiones. La vida es pura alquimia estelar.

Volvamos a nuestra supernova, pasada la violenta explosión la estrella empieza a contraerse, y tiene dos posibles destinos, en una de las dos posibilidades la gravedad es tan poderosa que las fuerzas nucleares son incapaces de detener la contracción y sus átomos se aplastan y simplemente desaparece hasta un punto sin tamaño, la temible singularidad, oculto por la barrera esférica del horizonte de sucesos y conservando, eso sí, toda su gravedad con lo que tenemos un agujero negro. Tan poderosa es la gravedad que ni siquiera la luz puede escapar de su interior.
Los agujeros negros son tímidos, se aplica una especie de censura cósmica sobre la singularidad desnuda oculta tras el horizonte de sucesos. No hay forma de ver que hay dentro, peor aún, la gravedad deforma tanto el espacio y el tiempo en su interior que las leyes conocidas de la física se rompen en la singularidad y el espacio y el tiempo se confunden. ¡Ah!, olvidaros de fantasear con utilizar los agujeros negros para ir de tournée por el espacio tiempo. Primero os matarán las intensas radiaciones y por si esto no fuera poco las fuerzas de marea, (que se llaman así por analogía con el efecto que presenta la gravedad de la Luna sobre nuestros mares para producir las mareas), harán que la diferencia de gravedad entre vuestra cabeza y vuestros pies os spaguetizen, estirando tanto que os arrancarán uno a uno vuestros átomos hasta dirigirlos en fila india hacia la singularidad. Estos monstruos cuando giran, no solo curvan el espacio tiempo, es que lo arrastra a su alrededor.

¿Y si os cuento que la cantidad de espacio dentro del agujero negro es mayor que por fuera?
¿Y si además os digo que si caéis dentro, aparte de espaguetizaros y haceros polvo, nunca llegáis a alcanzar la singularidad?
¿Y si además podéis caer en zonas en que cualquier cosa es posible?

Bienvenidos al mundo de lo anti intuitivo, la naturaleza es muy loca.

Joven cuelgue su sentido común en el perchero, junto a su abrigo y su sombrero.

El pulsar

El segundo destino de una estrella al morir, que es el que nos interesa en este caso, es una estrella ni tan poco masiva como nuestro Sol ni tan obesa como las estrellas que colapsan en agujeros negros; estas encojen al morir hasta que las fuerzas de degeneración de neutrones detienen la gravedad y todos los átomos se descomponen al aplastarse sus electrones sobre su núcleo, chafándose los electrones contra los protones del núcleo para quedar convertidos el electrón y el protón en un neutrón y un neutrino y por último quedando todos los neutrones aplastados pero sin llegar a colapsar debido las fuerzas de degeneración para formar un inmenso núcleo de unos pocos kilómetros de diámetro, del tamaño de una ciudad como pueda ser Madrid a modo de monstruoso átomo gigante conociéndose estas como estrellas de neutrones.

Al ser tan pequeñas estas estrellas giran sobre si mismas a gran velocidad, debido a la conservación del momento angular, giran sobre su eje varias veces por segundo y si su eje de giro no coincide con sus polos magnéticos se comportan como un enorme alternador cuya frecuencia depende de su periodo de rotación.

Bien, estas estrellas tienen una historia curiosa, cuando se descubrió la primera allá por 1967, por una joven doctoranda en radioastronomía llamada Jocelyn Bell Burnell. Con este descubrimiento se produjo una conmoción entre los astrónomos. ¡Hemos observado una pulsación a frecuencia constante desde el espacio y muy precisa! Esto no puede ser natural, esto lo ha puesto algún ser ahí, y llamaron a este objeto espacial LGM1, (Little Green Men, “Hombrecitos verdes”). ¡Eureka, hay vida fuera!

¿Qué será, un faro espacial tal vez?, (por analogía a nuestros faros marítimos).
Pronto llegó la desilusión, nada de faros extraterrestres, cuando se estudió el fenómeno se descubrió que era un objeto creado naturalmente. ¡Qué desilusión!
Aun así semejante descubrimiento merecía un premio Nobel, y así fue. Premiaron con el Nobel de física a Ryle y Hewish, dos radioastrónomos, entre otras cosas por el descubrimiento de LGM1 y la buena de Jocelyn se quedó con dos palmos de narices, ole, ole, ni la ciencia se libra del machismo. No se trata de que Ryle y Hewish no merecieran participar del Nobel, pero vamos que la persona que realmente hace el descubrimiento se quede fuera es de traca.

Desde entonces a día de hoy llegamos a encontrar alrededor de 600 de estos objetos.
¿Y si usamos los púlsares como faros cósmicos?, Por qué no, a fin de cuentas a pesar de ser naturales siguen sirviendo de faros. ¿O no?
Pues dicho y hecho, se tomaron los 14 púlsares mas cercanos a nosotros, cercanos por decir algo, y se pusieron como un mapa marcando su distancia en medida en longitudes de onda del hidrógeno en notación binaria, así como el periodo sus haces de radiación a base de | y –

Solo que….. Hay dos peros serios.

El primero es que tanto las placas de las Pioneer como los discos de las Voyager son planos, así que esta representación plana del mapa cambiará de forma drásticamente dependiendo del lugar del universo desde el que se mire.
El segundo “pero” es todavía más serio, es el efecto del tiempo que afecta a varias cosas. Por un lado tenemos el problema de la posición del pulsar en el cosmos. El corto tiempo de vida de los seres humanos en cuanto al cosmos se refiere nos hace ver el cielo estrellado como una foto fija. Desde la primera vez que vemos el cielo nocturno hasta el día que nos morimos vemos siempre la misma imagen del cielo. Parece fijo e inmutable.

¡Pues no, las estrellas se mueven y deprisa!, solo que las distancias a recorrer son enormes y nuestro Sol, a pesar de viajar a unos 220 kilómetros por segundo alrededor de la vía láctea su velocidad es demasiado pequeña para que sea apreciable debido al enorme tamaño de la vía láctea, tanto que en nuestra corta vida no podemos apreciarlo.

¿Nunca habéis viajado en una noche de Luna? ¿A que parece que la Luna os persigue por muy deprisa que viajéis?, la razón es la misma, moverse a poco más de 100km por hora respecto a un objeto que está a unos cuatrocientos mil kilómetros de distancia es lo que tiene, veis moverse los objetos cercanos pero no los lejanos.

Para cuando nuestra botella de náufrago sea capturada habrá pasado el suficiente tiempo para que la posición de su mapa galáctico haya variado bastante. De hecho la primera oportunidad para que nuestra sonda sea capturada necesitará unos cuarenta mil años, cuando pase cerca de una estrella, (a un año y medio luz, bueno tampoco se puede decir que sea a la vuelta de la esquina, pero si cerca). Por otro lado tenemos el efecto que producirá la emisión de energía de los pulsares que harán que vayan perdiendo velocidad angular, (Que vayan girando más lento, vaya), y por ende reduzca el periodo de sus pulsaciones. A nuestros extraterrestres les dejamos una tarea bastante complicada, reconstruir este mapa para corregir los efectos del tiempo. La cuestión es ¿Cuánto tiempo que deben corregir?
¡Ah!, pero somos muy previsores, hemos fechado el mensaje de nuestra botella cósmica.

«Desde aquí en la tierra a finales del siglo XX a vosotros que me recuperasteis tan lejos de casa os escribo…»

Un mensaje que se precie en una botella debe comenzar con una fecha. Las Voyager tienen la fecha de construcción más o menos marcada de forma física, contiene un trozo de uranio de gran pureza cuyo grado de desintegración a modo de calendario servirá para indicar la antigüedad de la sonda cuando sea capturada.

Y por hoy hasta aquí.....

¿Tenéis curiosidad por conocer que contiene el disco dorado?
¿Queréis conocer las instrucciones para leer el disco que damos a nuestros extraterrestres?

Para eso tendréis que esperar a la segunda parte de este artículo.
Mientras tanto, os dejo esta fotografía, "Un punto azul pálido"

“Tuvimos éxito en tomar esta fotografía, y al verla, ves un punto. Eso es aquí. Eso es casa. Eso es nosotros. Sobre él, todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió, vivió sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol.

La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades visitadas por los habitantes de una esquina de ese pixel para los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina; lo frecuente de sus incomprensiones, lo ávidos de matarse unos a otros, lo ferviente de su odio. Nuestras posturas, nuestra imaginada auto-importancia, la ilusión de que tenemos una posición privilegiada en el Universo, son desafiadas por este punto de luz pálida.

Nuestro planeta es una mota solitaria de luz en la gran envolvente oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esta vastedad, no hay ni un indicio de que la ayuda llegará desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos.

La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, en este momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad y construcción de carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de los prejuicios humanos que esta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amablemente, y de preservar el pálido punto azul, el único hogar que jamás hemos conocido."

Carl Sagan

¡Hasta pronto!
Y feliz cumpleaños Conxa, recuerda que prometí dedicarte este artículo, medio en realidad, en estos tiempos tan complicados que estamos viviendo. Con todo mi cariño.

Amanda Azañón Teruel (Amaterasu)


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 1 comentario
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     Los náufragos del océano cósmico  2 de septiembre de 2020 01:32, por Francisco Segovia

    Impresionante publicacion,se nota que le has dedicado tiempo y leer mucho,soy aficionado a la astronomía y poseo tres libros de David White House,Isaac Asimov y Stephen Hawking,pero no me quedo ni con el uno por ciento de los tres libros,se nota tu gran saber tanto en astronomía como en literatura,de verdad enorabuena,lo leeré más veces,lo he visto publicado en el naviero.

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